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Guerra Fría: La invasión de Afganistán por la URSS

Antecedentes

La Guerra Fría fue un periodo de tensión política y militar entre Estados Unidos y la Unión Soviética que se prolongó desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991. Durante esta época, ambos bloques estaban en constante competencia por expandir su influencia en diversas partes del mundo, lo que llevó a conflictos en diferentes regiones, como en el caso de Afganistán.

Orígenes del conflicto en Afganistán

La invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética en 1979 tuvo sus raíces en la política expansionista del gobierno soviético, que buscaba afianzar su dominio sobre el país y extender su influencia en la región. Afganistán, un país estratégicamente ubicado entre Asia central y el sur de Asia, era visto como un territorio clave para los intereses soviéticos en la zona.

  • En la década de 1970, Afganistán había experimentado una serie de conflictos internos y enfrentamientos entre facciones políticas rivales, lo que debilitó la estabilidad del país y creó un vacío de poder que la Unión Soviética aprovechó para intervenir en sus asuntos internos.
  • Además, la presencia de una fuerte corriente comunista en el país y la creciente influencia de ideologías marxistas-leninistas entre algunos sectores de la sociedad afgana fueron vistos como factores favorables para una posible intervención soviética.

La invasión de Afganistán

El 27 de diciembre de 1979, las fuerzas armadas soviéticas cruzaron la frontera de Afganistán y ocuparon la capital, Kabul, con el objetivo de instalar un gobierno afín a sus intereses y asegurar el control sobre el país. La invasión fue rápidamente condenada por la comunidad internacional y desencadenó una larga y devastadora guerra que tuvo repercusiones a nivel regional e internacional.

La resistencia afgana

Ante la presencia de las tropas soviéticas, se formaron grupos de resistencia en todo el país para luchar contra la ocupación extranjera. Los muyahidines, guerreros islámicos afganos, se organizaron en milicias y recibieron apoyo y entrenamiento de Estados Unidos, Pakistán y otros países vecinos que veían en la invasión soviética una amenaza para la estabilidad de la región.

  • La lucha de los muyahidines contra las fuerzas soviéticas se convirtió en una guerra de guerrillas de desgaste que se prolongó durante casi diez años y que dejó miles de muertos y heridos en ambos bandos. La geografía montañosa y escarpada de Afganistán favoreció a los guerrilleros afganos, que podían hostigar a las tropas soviéticas con emboscadas y ataques sorpresa.
  • Además, la intervención de potencias extranjeras en el conflicto, tanto a favor de los muyahidines como de las fuerzas gubernamentales afganas apoyadas por la Unión Soviética, contribuyó a la escalada del conflicto y al entramado de intereses regionales e internacionales en juego.

Consecuencias y legado

La guerra en Afganistán tuvo graves consecuencias para la población civil, que sufrió la destrucción de ciudades y pueblos, la pérdida de vidas humanas y la desestabilización de la sociedad afgana. Además, el conflicto contribuyó a la radicalización de algunos grupos armados y al surgimiento de organizaciones terroristas que operaban en la región, como Al-Qaeda.

Retirada soviética y fin de la guerra

Tras casi una década de lucha, la Unión Soviética decidió retirar sus tropas de Afganistán en 1989, en medio de presiones internas y externas que ponían en entredicho la viabilidad de la ocupación militar. La retirada soviética abrió un nuevo capítulo en la guerra, en el que las facciones en conflicto se disputaban el control del país y surgían nuevas rivalidades y alianzas en un escenario posbélico incierto.

  • En 1992, las fuerzas mujaidines tomaron el control de Kabul y establecieron un gobierno provisional, pero la falta de unidad entre los diferentes grupos étnicos y políticos afganos provocó una nueva ola de violencia y conflictos internos que sumieron al país en una guerra civil que se prolongó hasta la llegada de los talibanes al poder en 1996.
  • La invasión soviética de Afganistán y la posterior guerra civil tuvieron un impacto duradero en la historia del país y en la geopolítica regional, y marcaron el inicio de una serie de conflictos y crisis que han afectado a Afganistán hasta la actualidad.

En conclusión, la invasión de Afganistán por la Unión Soviética durante la Guerra Fría fue un episodio significativo que puso de manifiesto la complejidad de los conflictos regionales en el contexto de la confrontación entre los bloques liderados por Estados Unidos y la URSS. La guerra en Afganistán dejó un legado de violencia, destrucción y sufrimiento que ha perdurado a lo largo de las décadas, y que sigue marcando la historia de un país que ha sido escenario de múltiples crisis y tensiones internas y externas.